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  • Entrevista a Javier Pagés, presidente de Barcelona Wine Week: “El sector del vino debe ser aún más competitivo e innovador”

    Barcelona Wine Week (BWW), el salón de referencia del vino español de calidad, celebrará en 2025 la mayor edición de su historia. El salón reunirá a cerca de 1.100 empresas expositoras y se instalará por primera vez en dos pabellones de Fira de Barcelona. Su foco seguirá centrado en generar oportunidades de negocio para las firmas expositoras, además de analizar retos y tendencias sectoriales. Hablamos con el presidente de Barcelona Wine Week y de la D.O. Cava, Javier Pagés.

    Según todos los datos, cada vez bebemos menos vino, pero mejor. ¿Cómo definiría el momento que vive el vino español?
    El vino español es de una gran calidad y cuenta con muchas ventajas competitivas. Entre ellas, la gran diversidad y singularidad de territorios, culturas, historia y variedades autóctonas, el hecho de tener la mayor superficie de viñedo ecológico del mundo o la suerte de ser referentes mundiales en gastronomía y turismo. Pero es cierto que el consumo de vino a nivel mundial no crece y los hábitos del consumidor evolucionan, lo que obliga al sector a ser aún más competitivo e innovador. Vivimos momentos que no permiten la autocomplacencia. Por ello, debemos avanzar en diversificar ampliando mercados, en sostenibilidad e innovación. Y, a la vez, en la aplicación de las nuevas tecnologías, en enoturismo, en comunicación y en consolidar una imagen atractiva.

    ¿Y el momento actual del cava?
    El cava es un producto muy internacional, el 70% de sus ventas se producen en más de 150 países y es muy apreciado por los consumidores que buscan espumosos de calidad. Pero tampoco es ajeno a la transformación que vive el consumo del vino en el mundo y no debe quedarse parado. Es muy importante la unidad del sector para, conjuntamente, apostar por la valorización de un producto único y atractivo, de una magnífica calidad y con un enorme potencial.

    El sector ha vivido la tercera vendimia consecutiva afectada gravemente por la sequía, sobre todo en zonas como Catalunya o Levante. ¿Cómo debería adaptarse a la previsible falta de lluvia en el futuro?
    En zonas de poca pluviometría o propensas a la sequía es necesario contar con un apoyo hídrico. Está claro que van a ser necesarias iniciativas públicas para asegurar la sostenibilidad. A la vez, el sector también debe actuar escogiendo variedades que requieran menores necesidades hídricas, adecuar la densidad de plantación y el sistema de conducción y optar por sistemas de fertilización adecuados.
    Finalmente, la expectativa de menores rendimientos en los viñedos refuerza la visión de una Denominación de Origen de productos cualitativos y de valor que permita la sostenibilidad de toda la cadena y su territorio.

    Más allá de la sostenibilidad, ¿qué grandes retos debe afrontar el sector?
    En primer lugar, seguir creciendo en internacionalización y diversificar mercados. A la vez, apostar por la innovación en todos los ámbitos de negocio e invertir en la aplicación de las nuevas tecnologías, tanto en viticultura como en producción en bodega, para optimizar recursos y generar mayor eficiencia. También es esencial invertir en estrategias de comercialización para seguir reforzando nuestros canales de distribución y nuestras innovaciones. Y es clave para el sector ganar notoriedad y seguir creciendo en la percepción del valor de nuestros productos.

    BWW 2025 se celebrará en dos pabellones, por primera vez, para acoger al gran número de bodegas interesadas en participar. ¿Cómo explica el éxito del salón?
    BWW ha sido capaz de reunir a las bodegas, a los compradores y a los operadores del sector creando un evento exclusivo que se celebra a principios de año en una ciudad tan fascinante como Barcelona. El sector necesitaba un salón de referencia, de ámbito nacional e internacional, de negocio, de compartir conocimiento, de dejar huella, imagen e impronta, de aprender, de presentar innovaciones, de networking, de estar a la última. Y BWW es el escaparate ideal para, entre todos, lanzar al mundo con orgullo una imagen de calidad y diversidad de los vinos españoles muy potente en beneficio de todo el sector.

    Una de sus claves es, por tanto, la atracción de grandes importadores y distribuidores de vino de todo el mundo. ¿Qué ofrece BWW a estos grandes compradores?
    BWW ha sabido seleccionar y atraer a los grandes importadores, distribuidores y compradores de todo el mundo creando un salón intenso en transacciones, negocio y networking, y rentable para todos los participantes. A la vez, reúne un elenco de bodegas de primer nivel de todas las denominaciones de origen españolas, lo que permite al visitante recorrer todo el territorio español disfrutando del paisaje y la cultura del vino.
    Además, ofrece un programa de catas y ponencias que abordan los temas más cruciales para el sector, con grandes figuras del mundo del vino nacionales e internacionales. Y, todo ello, en unas fechas que le permiten mejorar su planificación anual.

    En esta edición, los vinos de cepas viejas tendrán un protagonismo especial. ¿Qué tienen estos vinos que se han convertido en auténticas joyas?
    Las cepas viejas que han sobrevivido al paso de los años en buen estado reúnen historia, cultura, variedades autóctonas en algunos casos singulares, muchas añadas a sus espaldas, etc. Y demuestran una capacidad de adaptación al terreno y a la climatología que les ha permitido desarrollar un sistema radicular amplio y profundo, extrayendo una gran tipicidad de su suelo, dando unas uvas de mayor concentración de sabores, complejidad y potencial de mejorar en largas crianzas. Son, realmente, unas joyas.

    En el salón también se analizará otra tendencia: el boom de los vinos blancos. ¿Qué hace que estén ganando terreno a los tintos?
    Los consumidores van mudando de hábitos y siguiendo tendencias, algunas se quedan y otras son más volubles y cambiantes. Actualmente, la búsqueda del bienestar está llevando a los consumidores a vinos de mayor calidad y un cambio en sus preferencias, sobre todo de las generaciones más jóvenes, evolucionando hacia vinos más ligeros, más frescos, que permiten experiencias de consumo más informales. De estas tendencias se benefician los vinos blancos y los espumosos mientras que los tintos, tradicionalmente reconocidos por sus sabores más complejos, se han visto perjudicados. Seguro que, en un futuro cercano, veremos tintos adaptándose también a estos nuevos hábitos.

    Barcelona, 21 de noviembre de 2024